Refugio íntimo de canciones y memorias
Al cruzar el umbral del Libertad 8, uno siente como si entrara en una atmósfera salida de una canción íntima. No es solo un café: es un espacio donde la historia política, la música y la poesía se entrelazan con naturalidad.
Orígenes llenos de historia
Este local nació en el número 8 de la calle Libertad, en Chueca. Su historia comienza como vaquería en el siglo XIX, luego se convierte en tienda de vinos y sede de tertulias políticas (inclusive militantes del PCE se reunían allí). Tras la dictadura, en 1976, fue reabierto como café con un aire clandestino, en línea con el espíritu de libertad que su nombre sugiere.
La cuna de la nueva canción de autor
Y es que ese ambiente abrió paso, en torno a 1993–94, a un cambio mágico: el Libertad 8 se convirtió en una “cueva de la canción de autor” donde debutaron o pasaron artistas como Pedro Guerra, Jorge Drexler, Rosana, Ismael Serrano, Tontxu, Amaral, Marwán, Andrés Suárez y otros muchos. Su pequeño escenario en forma de L, donde todavía luce con orgullo una pianola centenaria en uso, transforma cada actuación en instante íntimo, casi sagrado. El Libertad 8 es más que música: también es cuentacuentos, recitales de poesía, monólogos, presentaciones literarias, exposiciones… Su programación cultural sigue tan viva como siempre y ha sido reconocida por el propio Ayuntamiento de Madrid como patrimonio cultural.
Yo lo llamaría “un salón musical con alma de fogón”. He vivido noches donde la guitarra y la voz de alguien que acababa de empezar resonaban de forma tan auténtica que parecía que el café les escuchaba con atención. No hay pretensión: solo artistas que comparten y público que escucha. Un abrazo cálido con copa, sin prisas. El Café Libertad 8 no busca ser un bar famoso: busca ser un hogar artístico. Y lo consigue. Es ese sitio que te hace recordar que la música en vivo puede ser un acto íntimo y compartido, sin amplificación, pero con todo el peso de la emoción y la historia.
Dirección: C. de la Libertad, 8, Centro, 28004 Madrid