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Los secretos del Palacio de Longoria

La Historia

Paseando por la calle Fernando VI, a un paso de la vida vibrante de Chueca ¿o está todavía en su frontera?, uno se encuentra con un edificio que parece salido de un sueño. El Palacio de Longoria, también conocido como la Casa Longoria, no es un simple edificio: es una de las joyas modernistas más singulares de Madrid y un pedazo de historia que muchos pasan por alto.

Un oasis modernista en medio de Madrid

Construido entre 1902 y 1904, el Palacio de Longoria es obra del arquitecto José Grases Riera, uno de los grandes representantes del modernismo catalán. A menudo se compara con las obras de Gaudí en Barcelona, pero verlo aquí, en pleno corazón de Madrid, resulta todavía más sorprendente. La fachada es una explosión de formas ondulantes: balcones que parecen moverse como olas, ventanas que imitan plantas trepando y una ornamentación llena de curvas que rompen con la rigidez de la arquitectura clásica de la ciudad. Es imposible pasar por delante sin girar la cabeza: el edificio parece vivo, como si respirara.

El origen: una historia de banqueros y caprichos

El palacio fue mandado construir por Javier González Longoria, un banquero asturiano que quería dejar huella en Madrid. Dicen que no escatimó en gastos y que encargó el proyecto con la idea de impresionar tanto a clientes como a rivales. Era una época de prosperidad y ostentación, y Longoria apostó por un estilo rompedor que lo diferenciara de los palacetes neoclásicos o historicistas que predominaban en la capital. No se sabe con certeza cuántas reuniones de negocios se celebraron en aquellas salas decoradas con vidrieras y molduras, pero lo que sí está claro es que Longoria consiguió su propósito: su casa-palacio no pasó desapercibida.

Con el tiempo, la propiedad fue cambiando de manos y, tras varias décadas, acabó albergando la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que aún hoy ocupa el edificio. Ese uso cultural ha permitido que el Palacio siga siendo un lugar vivo, vinculado a la música y la creación artística. Muchos madrileños lo han conocido precisamente por asistir a conciertos, presentaciones o exposiciones organizadas allí. El interior conserva una espectacular escalera de doble tramo, vidrieras coloridas y una decoración que mezcla lujo y fantasía. Aunque suene un poco egoísta dar una opinión personal, pienso que sería perfecto para abrir un museo en él.

(Imágenes sacadas de Wikipedia).

Secretos y curiosidades del Palacio

Aunque no siempre está abierto al público de forma libre, el Palacio de Longoria guarda secretos que lo hacen aún más especial:

  • La escalera de ensueño: su gran escalera central es uno de los rincones más fotografiados del modernismo madrileño. La barandilla de hierro forjado, las curvas interminables y la luz que entra desde arriba hacen que subirla sea una experiencia casi teatral.
  • Un oasis en Madrid: fue uno de los primeros edificios en Madrid en aplicar el modernismo de forma integral, tanto en el exterior como en los detalles interiores (muebles, lámparas, decoración).
  • Un palacio con mala fama: durante un tiempo, algunos vecinos lo llamaban “el edificio de los músicos”, en referencia a la SGAE, y no siempre con cariño. Pero más allá de polémicas, pocos niegan su valor artístico.
  • El contraste: el palacio parece casi un intruso en la calle. Rodeado de edificios más sobrios, sus formas orgánicas lo convierten en un punto de sorpresa en medio de la ciudad.

🌍 ¿Cómo visitarlo?

La SGAE organiza a veces visitas guiadas o abre sus puertas en eventos culturales. Si tienes ocasión, no la dejes pasar y cuéntanos tu experiencia.

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